Los restaurantes han tenido bastantes dificultades después del confinamiento con las leyes y regulaciones sufriendo cambios continuos, los clientes ansiosos después de tantos meses de no poder salir y la presión económica de tener tanto tiempo las puertas cerradas.

El funcionamiento de los restaurantes todavía pasa por una etapa de inseguridad y tensión entre querer atraer y satisfacer los clientes pero al mismo tiempo reforzar los límites impuestos por las reglas de higiene y distanciamiento social.

El cliente no solo puede ser más difícil, también se observa que gasta menos, quizás por miedo a la inestabilidad económica presente y la crisis económica que se entrevé por culpa del Covid-19

Otra limitación con cuál necesitan lidiar los restaurantes en estos momentos es el aforo limitado. El cliente es acostumbrado a tener su mesa de inmediato cuando existe una mesa libre, pero la mitad de las mesas son reservadas para obligar a mantener el distanciamiento social y dirigir el flujo de personas que caminan por el restaurante. La solución muy simple es adaptarse al modo de trabajo por reserva. La realidad es que la mayoría de veces que salimos a comer no es una decisión de último segundo y tenemos siempre un móvil encima así que no es nada difícil llamar y reservar mesa para una hora conveniente.

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La carta digital. Casi invisible en el 2019, la carta digital es omnipresente sobre todo en la forma del código de barras QR. Esta permitió a los restaurantes dejar de lado los impresos y encargarse el cliente con su dispositivo móvil de consultar la carta.

Las mesas también sufren cambios con la necesidad de facilitar su higienización para prevenir el contagio por coronavirus. Los manteles pueden desaparecer o volverse desechables en lugar de usar tela, o utilizar tapas de cristal encima de las telas y las servilletas son ahora de uso único también para los restaurantes que preferían servilletas de tela.

El personal de la sala también ha sufrido los cambios, con la caída importante de número de clientes también se han tenido que mantener en ERTE parte de los empleados, lo que puede causar molestias porque en algunos casos aún que los clientes sean pocos seguirán apareciendo todos a la vez a la hora de la comida creando dificultades para el personal limitado. La solución, tal como mencionamos antes es trabajar a base de reservas para garantizar un mejor servicio y manejar el flujo de clientes. 

El «take away» o sea el «para llevar» de toda la vida, es una buena solución después del confinamiento tanto para los restaurantes  como para sus clientes para disfrutar de una buena comida sin tener miedo al contagio y sin tener que pasar horas en cocina. La presencia de las cartas online y hasta servicios de pedido online ayuda a agilizar y facilitar el proceso para el cliente.

 

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